Para extender la operación más allá de las horas de luz, se integra un sistema de almacenamiento térmico, formado por dos tanques de sales, el caliente y el frío. Como el campo solar está sobredimensionado, el exceso de energía recogida durante el día puede ser transferido a este almacenamiento térmico. La mezcla de sales fundidas, que se compone de un 60% de nitrato sódico (NaNO3) y un 40% de nitrato potásico (KNO3) puede entonces suministrar el calor necesario para operar la planta durante la noche o en períodos nubosos.
Durante el bombeo desde el tanque frío al caliente la mezcla de sales absorbe calor y pasa de unos 290 a unos 390 grados Celsius.
Para descargar ese calor cuando sea necesario, las sales se bombean desde el tanque caliente y pasan a través de un tren de intercambiadores de carcasa y tubos donde devuelven la energía térmica al HTF frío y lo calientan.
Un tanque de sales completamente lleno puede ser usado para operar la planta unas siete horas y media extra lo que permite la producción eléctrica durante 24 horas en los meses de verano. Gracias a esta posibilidad, la planta puede suministrar electricidad durante casi el doble de tiempo que una planta termosolar que no disponga de almacenamiento.